martes, 11 de diciembre de 2007

No hay sueño

Son las 3:27 de la madrugada, tengo sueño pero no quiero dormir, apenas logró consolarme escuchando a Cocteau Twins y las ganas me alcanzan para intentar escribir y escribo, son algunas ideas que alcanzo a tomar como palomas volando por la noche, la temperatura baja y sé que será una noche fría; quisiera no fuera como las pasadas, inquietantes y el sueño arrebatado por no entiendo qué motivos, seguramente son preocupaciones; tampoco es el momento de ocuparme, los vecinos se enterarían y quizás despertarían y vendrían a callarme o al menos para saber qué pasa. Quisiera tener una cartera llena de billetes y vacía de deudas y no al revés como lo está en este momento, con eso podría ponerle en la bolsa del saco al sueño un billete y decirle: ven, quiero descansar como lo merezco, le guiñaría el ojo en la actitud de aquel que se sabe con el poder y le sonrería para que se sintiera en confianza, contrataría dos prostitutas con el único afan de ahorrarles su trabajo, de que ganen dinero sin tener que revolcarse con alguno de los cerdos que engañan a sus frígidas mujeres y lo harían, en cambio, viendo cómo descansa un hombre. En los bordes del ensueño y a punto de que sus dulces perfumes, disfraces del olor a sexo, empiecen a impregnar la habitación, les pediría que se fueran tranquilas sin la terrible tensión de trabajar.

Hoy no es ese día y no sé si llegará, ni me importa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No todos los hombres que engañan a sus mujeres lo hacen porque ellas sean frígidas... sino porque la mayoría de ellos son unos cabrones!
Tu no seas así!
Dulces sueños...